Me refiero a una violencia tal vez más psicológica que física; a una violencia que desde los dichos y las acciones intentó erosionar con suma intensidad las bases de nuestra sociedad, bases cada vez más endebles como consecuencia del avasallamiento de quienes buscan sus beneficios personales o sectoriales antes que el de la comunidad en general.
EL ABORTO EN EL CENTRO DEL DEBATE
Uno de los temas que despertó mayor preocupación a la Iglesia, fue la renovada intención de algunos sectores de plantear en la agenda mediática y legislativa la posibilidad de avanzar sobre la flexibilizacion de los casos de aborto considerados "no punibles". En otras palabras, el aval a la práctica indiscriminada del exterminio de miles de niños indefensos que, por voluntad unilateral de sus progenitores, no llegan a ver la luz del día. Este planteo despertó una fuerte batalla espiritual con aquellos legisladores y medios de comunicación pro-abortistas, quienes desataron una intensa lucha a favor del cumplimiento de su reclamo de larga data, y en contra de quienes defendemos la vida, que no somos pocos.
En ese marco muchos sufrimos duros embates desde distintos flancos; ataques que si bien siempre provinieron de personas con nombre y apellido, se originaban en realidad - y sin lugar a dudas- en la propias esferas espirituales.
Sin embargo, muchos fuimos los cristianos que desde distintos puntos del país nos unimos en oración y, una vez más -cómo ya ocurrió en 2008- logramos que el tema fuese congelado y postergado, al menos en forma provisoria. No hemos ganado la guerra, pero sí algunas batallas, pues logramos frenar al menos por un tiempo la sanción de esta norma.
El año 2010 nos depara el renovado desafío de pugnar porque el aval al aborto siga siendo una iniciativa truncada, que nunca encuentre en nuestros representantes un guiño favorable. Sabemos que su eventual aprobación traería consecuencias irreversibles para nuestra nación, y un profundo enfrentamiento entre nuestras normas y las leyes divinas.
(...) esta guerra sólo podremos ganarla desde lo espiritual, y con el apoyo de todo el pueblo de Dios en constante oración. No omitamos esta responsabilidad.
EN CONTRA DE LA DESPENALIZACION
DE LA TENENCIA DE DROGA.
Otro de los capítulos más tristes del año fue el aval de la Justicia a la tenencia de marihuana para consumo personal, decisión que marca jurisprudencia en este tipo de casos, y que da pie a la posibilidad cierta de que en los próximos meses se avance en la decisión del gobierno de despenalizar la tenencia de sustancias en general.
El tema no pasó inadvertido para un grupo de personas que, desde distintas posiciones y situaciones planteamos una lucha sin cuartel a este flagelo que año a año se cobra cada vez más víctimas en el país, ya sea por causa directa de la droga o por la inseguridad social que esta genera, deviniendo en delitos violentos.
Nos plantamos en las calles para expresar nuestro enfático rechazo a la despenalización. Junto a agrupaciones de madres cuyos hijos son víctimas de la droga marchamos semana tras semana exigiendo señales contundentes en contra de esta arma destructiva, y de quienes han hecho de la misma un negocio, en desmedro de la vida de miles de jóvenes.
Hicimos, además, campañas de concientización, transmitiendo a los estudiantes secundarios un claro mensaje en contra de la droga. En definitiva, nos hicimos oír y, si bien la eventual sanción de una nueva Ley de Estupefacientes está aún en la agenda legislativa, el año 2009 nos despide sin avances concretos en este sentido a nivel del Poder Legislativo, lo que se constituye en un verdadero logro para quienes hemos hecho oír nuestra voz en torno a este tema.
EL MATRIMONIO GAY
Otra de las grandes desilusiones que nos deja 2009 es el aval judicial al matrimonio homosexual, decisión desacertada que también se aleja de los principios bíblicos más fundamentales. En este marco muchos aseguran que el próximo paso a este puntapié de la justicia es el final respaldo legislativo a esta práctica, en coincidencia con la resolución judicial.
La posibilidad de que dos personas de un mismo sexo puedan unirse en matrimonio avanzó abruptamente en las comisiones internas del Parlamento, y encontraron consensos a partir de una insistente presión proveniente de sectores gay de todo el país. Sin embargo, gracias al fuerte rechazo que planteamos desde el primer momento -en el que pastores, profesionales y especialistas cristianos se comprometieron no sólo en oración sino fundamentalmente en la práctica-, y a nuestra enfática negativa de dar quórum para el tratamiento del articulado, logramos que la llegada del proyecto al recinto legislativo se frenara de la noche a la mañana.
Cynthia Hotton, diputada nacional.
Tomado de La Corriente del Espíritu, enero de 2010.